Publicado: El Nuevo Lunes el día 21/11/16.
Fernando Soto, Director General AEGE (Asociación de empresas con gran consumo de energía)
En línea con los objetivos del Acuerdo de París, la Unión Europea (UE) en su paquete de clima y energía para 2030 estableció los siguientes objetivos: i) reducir un 40% las emisiones GEI; ii) lograr que las energías renovables representen al menos el 27% del consumo de energía primaria; iii) y mejorar la eficiencia energética en un 27% (no vinculante).
Para lograr estos objetivos se requerirá desarrollar un modelo de transición energética que demandará cambios en la sociedad, en sus patrones de consumo, en nuevos desarrollos tecnológicos, etc. afectando también a la industria.
Algunos países como Francia ya están avanzando decididamente en esa dirección. En 2015, se aprobó su ley de Transición Energética, una reforma que persigue un cambio de modelo energético que afecta principalmente a la edificación, a las industrias, al sistema eléctrico y al transporte. Con esta Ley, Francia desea reducir su dependencia energética, garantizar la seguridad de suministro y asumir sus compromisos internacionales en materia de emisiones GEI.
Pero en este nuevo modelo energético y su transición, es necesario proteger a la industria electrointensiva (EI) para evitar su deslocalización. Las industrias de metales no férreos, siderurgias, químicas, gases industriales y otros, son intensivas en el consumo de energía eléctrica, donde el coste de la electricidad alcanza hasta el 50% del coste de producción de estas empresas.
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